Con saudade, vuelvo a ti.
Los pies dueños de mi destino
me van mostrando, ahora,
ecos que vivos rebotan
por paredes enfrentadas.
Ecos que se dejan oír
por las calles y locales,
que fueron refugio de jóvenes
y no tanto, pero con empeño.
Si la paciencia fuera mi virtud,
entre tanto sonido
de vivencias mezclado,
seguro oiría desperezar mi voz,
con el empeño del mensaje claro,
colmada de nervios, inseguridades
y siempre las dudas,
que todavía me acompañan,
en aquellas reuniones
y asambleas eternas,
que la clandestinidad, necesaria,
cargaba de una especie
de orgullo y miedo.
De Ángel Rebollar López ( Toda reproducción del contenido, total o parcial,
ha de ser, previamente, autorizada por el autor)
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