martes, 23 de noviembre de 2021

EL ÚLTIMO VALS

 (Inspirado en la canción de Leonard Cohen, Dance me to the end of love. Bailemos hasta el final del amor)

Déjame tu cintura
para ceñirla con mi brazo,
unamos los torsos que palpitan.
Ven, las pelvis peguemos
deseosas y nostálgicas.

Abracemos los labios
hasta el ahogo,
mientras las mestizas gotas
de sudor hirviente,
perlen nuestras frentes
por el deseo contenido.
Dejemos que se amen
hasta perder el aliento.

Permíteme,
que te inhale, que te aspire,
hasta impregnarme las células.
Necesito tenerte dentro
para drogar el recuerdo.

Susúrrame, al oído,
dime mil veces
que me quieres,
hasta que me sobrecojan
escalofríos de deseos,
hazlo, aunque tan solo,
sea un dulce engaño.

Mientras,
en nuestra más íntima soledad,
envolvámonos en este vals
y ajenos, bailemos
al ritmo del tres por cuatro,
acogidos en nuestra locura
hasta el final del amor.

     De Ángel Rebollar López (cualquier reproducción, total o parcial, del contenido
                                          ha de ser, previamente, autorizado por el autor)

EL SOUL SE QUEDÓ HUÉRFANO


                       (Descansa Aretha Franklin, fallecida el 16/8/2018. You make me feel like. Me haces                                   sintir como...)

Hasta siempre reina.
Tantas son las emociones
que hemos vivido juntos,
tú, cantando para mi soledad
y yo lleno de conmociones,
despiertos los oídos,
sordos los ojos
y entregado el corazón,
siempre de tus canciones sediento.
Me haces sentir como
si el mundo lo estuviese creando.

En silencio, dejo 
que me llenes mis adentros,
agitando por tu armoniosa voz.
Tantas veces, amiga,
me he arropado con tus canciones
para reconfortar mi intimidad,
sanando mis heridas
con el alientos de tus ritmos,
casi como un cálido susurro.

Cuando más te necesité,
nunca dudaste,
siempre estuviste, para darme paz
y despejar las tinieblas
de aquello que me acechaba.

Gracias mi reina,
entre tú y yo no hay un adiós,
tan solo hasta la próxima,
porque sé que nunca me fallarás
cuando me duela el alma
y es que tú querida,
me haces sentir como...

Tan solo duerme, descansa,
reposa merecidamente,
eres esencia, mi reina.

             De Ángel Rebollar López (Toda reproducción, total o parcial del contenido
                                                 ha de ser, previamente, autorizado por el autor)


sábado, 20 de noviembre de 2021

SOLO A VECES

A veces uno se despierta
y tiene la sensación de no estar,
de estar allí, donde estuvo 
y ya no está.

A veces, solo a veces
pero, con qué fuerza, 
uno siente lo que sintió
y lo vuelve a vivir.

A veces sucede casualmente,
sin que sea una constante,
como si las sinapsis neuronales
se conjurasen para obsequiarte.

Uno que, ya no sabe
si lo es o se dividió
durante el trayecto, 
se pone nostálgico.
Quizás, sea cosa de los años,
solo ahí, en esos lustros,
es donde anida la melancolía,
para ir achicando
el horizonte en su distancia.

A veces una canción despereza ese lugar,
donde habitan los recuerdos dormidos
en el lecho de la memoria
y surgen los gratos sentimientos.
Otrora calientes y ahora,
generalmente ocultos.

Es en esos instantes,
cuando alborean matices
de viejos olores,
tonalidades de armoniosas voces,
texturas de amadas pieles,
sabores dulces de besos
y salados de éxtasis, 
cálidas caricias suaves,
evocadoras de ensueños
que desperezan sonrisas
de cómplice felicidad.

Estamos juntos, solo a veces,
de cuando en cuando
y así es que, sin querer,
te sigo queriendo.

        De Ángel Rebollar López (Toda reproducción, total y parcial, del contenido
                                             ha de ser, previamente, autorizado por el autor)


lunes, 8 de noviembre de 2021

EL MANZANO DE MI PRIMA

El manzano de mi prima
se ha cansado de dormir
y a pocos se despereza,
al llegar la primavera,
para recomenzar a vivir.

El invierno ha sido duro.
Este año las nieves fueron su abrigo
que al derretirse avivaron
sus férreas raíces calentadas por el Sol
que también calentó
las ramas y el tronco secó.

De su ramaje desnudo
empezaron a brotar,
al principio, pequeños nudos
preñados de primavera
de las que estallaron nacimientos
de flores blancas y rosas,
dando vida a hermosos racimos.

Pronto de sus entrañas
el fruto ácido saldrá
y de él, se desprenderán
pequeñas manzanas
para hacer rica compota, 
con la que engolar la boca
y alimentar las vísceras.

Volverá, de nuevo, a perder las hojas,
para convertirse en la sombra del recuerdo
y seguirá cumpliendo su ciclo
que apasionadamente reitera,
satisfaciendo, de tal manera,
lo que la naturaleza demanda.

           De Ángel Rebollar López (Toda reproducción, total o parcial, del contenido
                                                 ha de ser, previamente, autorizado por el autor)
                                                    

EL MESTRE Y SU GUITARRA

 (Al mestre Joaquín Boscá, quien con su generosidad 
y buen hacer, sabe dar sonido y color a los poemas)

De la guitarra de Joaquín
llueven sones que me abrazan
convirtiéndome en pura ternura,
cuando esas notas cantan reencuentros,
me convierto en su dulce prisionero.
Así me voy dejando llorar
en gotas de alegría
pintadas por nostalgias.

Entrañable siempre, interpreta
con delicadeza cualquier tema
que tantos recuerdos dibuja.
Es que, cuando Joaquín abraza 
su guitarra, con tanta delicadeza
con la que él acaricia a su amada,
del instrumento comienzan a brotar
un mar de sensaciones,
vistiendo de fiesta al poema
que desnudo dormía,
silencioso, en la hoja escrita.

Acompasa, así, la candencia de la lectura,
llenándola de emotivos matices
que emparejan el ritmo con la rima,
generando la necesaria armonía
para instalar el poema,
justo allí, en el lugar 
donde el oyente cobija
los sentimientos nobles, 
para que perduren.

Su música, siempre adecuada,
con discreta suavidad,
permite el cabalgar, 
de la palabra rimada,
por la etérea atmósfera
que su magisterio crea
y por esos vericuetos camina,
hasta instalarse
en el alma emocionada.

     De Ángel Rebollar López (Toda reproducción, total o parcial, del contenido
                                           ha de ser, previamente, autorizado por el autor)




miércoles, 27 de octubre de 2021

ANATOMÍA DE UN RETRATO

Que decirte que no sepas
sobre lo que a ti y a mi nos separa,
un abismo de impenitente locura,
un terraplén de trémula esperanza,
una vigilia de soledades perversas.
¡Es tanta la distancia que nos aleja!.

Tan próxima y tan distante,
tan íntima y ajena, 
tan cálida y tan fría,
tan real y tan onírica, 
tan de materia etérea
pero, sin embargo pegada
como una ardiente y dolorida
herida sangrada. 
Y yo, tan pueril, todavía
te espero en aquella esquina.

Si mi mano pudiera apreciar,
aunque fuese de manera distraída,
otra vez, el calor de tu serena sonrisa
húmeda y limpia como el nácar.
Pero, sin embargo, es tanta la distancia...

Si acaso, sin que lo sospecharas,
en un fugaz instante
pudiera extraviarme
en la fragancia de tus cabellos,
hasta confundir el día con la noche.
Pero, es tanta la perversa distancia
que he de quedarme
en el reposo de tu sincera mirada,
con el contraluz que se dibuja
a través de la onda de tu pelo
mirándome fijamente, mientas
un mechón de tu cabellera
oculta el ojo izquierdo,
para atentamente escuchar
tu deseo, hablándome de pasión.

Sin más, concluyo
observando el ribete
que dibujan, esos labios
de sonrisa suficiente.
Que terca y densa es la distancia
entre tu realidad, mi deseo
y esa insolente fotografía.

        De Ángel Rebollar López (Toda reproducción, total o parcial, del contenido
                                             ha de ser, previamente, autorizada por el autor)


domingo, 3 de octubre de 2021

GUERRERA DEL ARCO IRIS

 Solo quien transita por el filo del abismo,
quienes miraron, en el momento preciso,
de frente al verdugo
y le retaron a jugarse la vida
a la carta del deseo desesperado,
conocen el valor.

Tan solo cuando el órdago está en la mesa
y tomamos conciencia de que, detrás
nada más queda el vacío
o la gloria conquistada,
surge, entonces, una fuerza generadora
de no sabemos donde,
ni tan poco nos importa.

Cuando con el miedo
pesando en los bolsillos,
del que se enfrenta desnudo
a la última batalla
y la vence, solo entonces,
se da aprecio a la nada y al todo,
porque el todo y la nada,
en ocasiones, se confunden.

Uno sabe que, en realidad,
nunca ha ganado ninguna guerra
que siempre han sido perdidas,
con la excepción de algunas contiendas
sometidas por la dignidad,
porque contigo no hay manera,
pero así es como se juega,
nos fortalecemos en las duras batallas,
estas, elevan nuestras miradas
más allá de lo superficial.

A ti, guerrera del arco iris
que te has ganado el derecho a la vida.
A ti, que has sabido salir
victoriosamente vencida,
cuando buscabas las verdades
por los vericuetos de las tinieblas.
A ti, que me secuestraste el anhelo
una noche de gélido invierno
y calentaste mis adentros,
tú sabes que eres
la dueña de mis alientos.

          De Ángel Rebollar (Toda reproducción, total o parcial, del contenido
                                      ha de ser, previamente, autorizado por el autor)

martes, 14 de septiembre de 2021

SOLO TE PIERDES EN MI MEMORIA

Solo en mi memoria
se pierden tus recuerdos,
En la frágil, olvidadiza
y estúpida memoria.

Tan solo, en la selectiva memoria,
se van desvaneciendo
los besos regalados,
con los que combatimos
en batalla sin igual,
hasta ahogar nuestros alientos.

Es solo en ese lugar de la mente,
donde se diluye el roce de nuestras pieles
que no parábamos de acariciar,
hasta abrasarnos.

Es, acaso en la memoria,
donde se confunde el aromático efluvio, 
generado por ríos de sudor abrazado,
destilación de nuestras células enamoradas.

Es allí, exclusivamente, en la memoria,
donde se pierde el sabor
dulce salado de tu sexo
y el sutil olor de tus cabellos.
Solo allí se esconden, en la frágil
y perniciosa memoria.

Fue en la egoísta y selectiva memoria,
donde se perdieron las vehementes
e incontenibles palabras
que nos dijimos
cuando, en la más hermosa 
de las locuras, nos contábamos
cuanto nos queríamos.

Sin embargo, son mis manos
las que, sin duda, recuerdan
el hueco, el vacío, que dejaron en ellas,
el volumen de tus cálidos pechos.

También mis labios,
guardan el recuerdo de la textura de tu boca
y el permanente sabor de tus besos.

Igual le pasa a mi olfato
que, caprichosamente, me regala
con la fragancia de tus vericuetos,
donde me afanaba, insistentemente,
por poseerte en un éxtasis eterno.

Tampoco mi pecho,
ha dejado de sentir el cabalgar agitado,
de tu ardiente y desbocado corazón.

En ocasiones, como sin querer,
de cuando en cuando,
mis oídos me regalan el sonido de tu voz, 
en aquel instante en el cual, 
henchida de deseo,
me susurrabas, con tu cálido aliento,
la palabra amor.
¿Ves? en la memoria,
tan solo, en ella te pierdes.

          De Ángel Rebollar López  (Toda reproducción, total o parcial, del contenido
                                                ha de ser, previamente, autorizado por el autor)



miércoles, 18 de agosto de 2021

PALOMAS CONTRA HACONES

Se les  apagó la luz de la penumbra,
volverán al lugar de las sombras,
donde ahogarán sus gritos impersonales,
volverán a cegarse sus miradas,
otra vez perdidas.

Volverán a reprimir sus pensamientos,
hurtados de la cultura, del saber,
serán una vez más, solamente,
el desahogo fétido de sus negreros,
esclavas de sus aberrantes deseos.
Parirán indeseados hijos e hijas
que amamantarán, criarán y cuidarán,
bajo la cultura del odio de sus violadores.

Otra vez serán presas
bajo la tela carcelaria del burka,
el lugar donde habita la ceguera,
el lugar en el que la voz
ha de ser, el susurro de la afirmación indeseada
que exige la bestia represiva e integrista.

Marcadas de por vida,
tan solo, por nacer con atributos femeninos,
la locura del pretexto religioso.
Los miserables volverán
a restar la infancia necesaria, 
abusada por esperpentos pedófilos.

Una vez más, volverán a la sombra impersonal,
de la que occidente dijo liberarlas
y hoy, dejan un reguero pestilente en su huida,
con el que esconder las falsas promesas,
abandonando, así, a las palomas
a merced de los fieros y sanguinarios halcones.

Como una férrea losa
que apagará la luz de la penumbra,
naciendo la noche más larga y perpetua,
en la que se perderá la existencia
de las valientes mujeres afganas.
Mientras, nosotros, miraremos al cielo.

             De Ángel Rebollar (Cualquier reproducción, total o parcial, del contenido
                                         habrá de ser, previamente, autorizada por el autor)



jueves, 14 de enero de 2021

LÚCIDA LOCURA

 Los lúcidos pragmáticos
no son de este mundo,
donde el matiz de los colores manda.
La lucidez de la locura
solo sueña y crece en el entorno
del oxímoron,
de lo uno y lo contrario,
en la relatividad de la poliédrica visión
de todas las cosas.

No hay verdad en la absoluta cordura, 
racional, subjetiva y parcial.
Hemos de dudar de la percepción única
para hacerla algo, aproximadamente, cierta.
Solo el relato de muchas y contradictorias
pequeñas realidades, nos acerca,
sin llegar, a la realidad holística.

Somos el todo confundido,
a la vez que,
una pequeña parte de él.

¿Qué sería de nosotros
sin la locura?
¿Qué sería del mundo
navegando siempre, 
por mares pintados
con meridianos y paralelos?
Siempre los mismos,
siempre errados.

¿Qué sería de la vida, 
sin el feliz sobresalto
que rompe lo cotidiano,
lo previsto, lo marcado,
lo convencional?
¿A caso el amor, 
no es química enloquecida?
¿Qué es, mamífero...qué es
sino la vida, más que locura?

           De Ángel Rebollar (Cualquier reproducción, total o parcial, del contenido,
                                       ha de ser, previamente, autorizado por el autor)

miércoles, 13 de enero de 2021

SUS MIEDOS, NO LOS NUESTROS


Que llueva con la rabia contenida
de todas las bocas silenciadas,
que las torrenteras de los ríos
barran toda felonía
y así, sin felones, dar vida
a la sangre útilmente derramada,
abonando corazones libres.

Que no ensordezcan
y tapen la mirada
de las víctimas,
aquellas criaturas
de horrible testimonio.

Que del miedo nazca la osadía.
No a la admonición,
no al recato,
ni al sórdido sometimiento
que brote la luz con una renovada fuerza.

Que el miedo no te ate, por favor,
no dejes que te encarcelen 
en tu propia celda,
que no subyuguen tus deseos,
ni te acorralen ante el acechante
ahogando tu rebeldía
que esta, sea espada justiciera.

Que sus miedos no te siembren,
ni dejes convertirlos en alambre
para apresarte el alma salvaje,
carcomiendo tus raíces,
que estas, se extiendan sin dogales,
buscando ríos de aguas nobles,
hermanadas por mestizajes.

Que aquellos, los leviatanes,
no clausuren tus ventanas
abiertas y colmadas de esperanza,
para que, cualquier noche estrellada,
puedas ver el Sol nacer.

       De Ángel Rebollar (Toda reproducción, total o parcial del contenido,
                                   ha de ser, previamente, autorizada por el autor)