Busco refugio en el hueco,
en el vacío,
que me deja mi enajenada
ausencia.
ausencia.
Oculto en la soledad,
enredado en un mar de
tormentas,
camino funámbulo por acantilados
cuyo eco, me habla
con el sacudir de las olas.
Insistente y persuasivo runrún.
Viajo hacía el holocausto
donde consumir la sed
y desperezar el ánimo,
ahora disperso,
para dejarme caer en el
precipicio
en el que, desplegar nuevas
alas,
con las que aventar
herrumbres.
Vuelvo a ser el susurro áspero
del aíre,
entre las secas hojas de
otoño
que impaciente espera
primaveras,
para amansarse en verdes prados
donde mecer y fornicar el
tiempo que,
a cada paso, se muestra más
tacaño.
De Ángel Rebollar López. (Toda reproducción del contenido, total o parcial
ha de ser, previamente, autorizada por el autor)
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