jueves, 18 de mayo de 2023

LA DESBANDÁ

                                         (Entre los días 6 y 8 de febrero de 1.937, un reguero de personas huyen de la                                               Málaga, recién ocupada por los golpistas fascista, camino de Almería)


Que fácil es ser criminal
con la víctima indefensa y acorralada,
con que gallardía se cuaja el cobarde,
cuando no hay resistencia en el acto asesino.

Que gloria la del fascista
que insulto a la valentía,
al ser dueño de la masacre,
escondiendo las vergüenzas
entre las manos empapadas,
con las más inocentes de las sangres.

Huían del terror, 
con la esperanza en el alma,
por la estrecha y culebreante carretera,
venían de la Málaga tomada
y por el fascismo arrasada,
indefensos iban, bordeando la mar,
camino de la libertad
en las tierras de Almería.

Caminaban las mujeres
protegiendo a sus retoños,
contra su pecho apretaos.
Los mayores espantaos, 
con el alma dolorida,
cargando van con cuatro ropas 
y el colchón, sin más capital,
lastrados con el terror, por toda vida.

Los fuerte y jóvenes que salvaron la vida,
al monte se fueron
a defender la república,
sin armas, pero aventado el corazón.

Mientras, la carroña cobarde,
desde el Baleares en la mar, sin honor,
masacrando inocentes
y desde el aire con la aviación.

Tal fue la matanza que no se pudieron contar,
entre tres y cinco mil, cuentan los del lugar.
Queipo de Llano fue el sanguinario criminal
que ordenó y masacró la desbandá.
Preñado de orgullo quedó el fascista
de tanta sangre inocente macerada,
henchido de tanta heroicidad
fue enterrado en la Macarena.
Sesenta años tardó en llegar la dignidad.
¡Cuánta herrumbre oculta esta España!
              
               De Ángel Rebollar (Cualquier reproducción, total o parcial, del contenido
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