martes, 14 de septiembre de 2021

SOLO TE PIERDES EN MI MEMORIA

Solo en mi memoria
se pierden tus recuerdos,
En la frágil, olvidadiza
y estúpida memoria.

Tan solo, en la selectiva memoria,
se van desvaneciendo
los besos regalados,
con los que combatimos
en batalla sin igual,
hasta ahogar nuestros alientos.

Es solo en ese lugar de la mente,
donde se diluye el roce de nuestras pieles
que no parábamos de acariciar,
hasta abrasarnos.

Es, acaso en la memoria,
donde se confunde el aromático efluvio, 
generado por ríos de sudor abrazado,
destilación de nuestras células enamoradas.

Es allí, exclusivamente, en la memoria,
donde se pierde el sabor
dulce salado de tu sexo
y el sutil olor de tus cabellos.
Solo allí se esconden, en la frágil
y perniciosa memoria.

Fue en la egoísta y selectiva memoria,
donde se perdieron las vehementes
e incontenibles palabras
que nos dijimos
cuando, en la más hermosa 
de las locuras, nos contábamos
cuanto nos queríamos.

Sin embargo, son mis manos
las que, sin duda, recuerdan
el hueco, el vacío, que dejaron en ellas,
el volumen de tus cálidos pechos.

También mis labios,
guardan el recuerdo de la textura de tu boca
y el permanente sabor de tus besos.

Igual le pasa a mi olfato
que, caprichosamente, me regala
con la fragancia de tus vericuetos,
donde me afanaba, insistentemente,
por poseerte en un éxtasis eterno.

Tampoco mi pecho,
ha dejado de sentir el cabalgar agitado,
de tu ardiente y desbocado corazón.

En ocasiones, como sin querer,
de cuando en cuando,
mis oídos me regalan el sonido de tu voz, 
en aquel instante en el cual, 
henchida de deseo,
me susurrabas, con tu cálido aliento,
la palabra amor.
¿Ves? en la memoria,
tan solo, en ella te pierdes.

          De Ángel Rebollar López  (Toda reproducción, total o parcial, del contenido
                                                ha de ser, previamente, autorizado por el autor)