lunes, 31 de enero de 2022

NACEMOS HUÉRFANOS

 Nacemos huérfanos
con el despertar del llanto,
perdidos en el anonimato
y nos vamos con los bolsillos vacíos,
mecidos en el silencio de un adiós.

Entre uno y otro estadio
transcurre impasible el tiempo
con el que vamos cosiendo la vida,
llenándola de instantes coleccionados,
mejor de encuentros que de búsquedas.
Vida que en la juventud es infinita
y se torna escasa en la postrimería.

Porque aquel que busca,
en asuntos del amor,
queda enredado en el laberinto
donde solo se encuentran
las ilusiones de los deseos
y quien desea amar se pierde
en los mares revueltos
de las desesperanzadas
esperanzas.

Encontrémonos mientras transitamos
por las dobleces de las esquinas,
nunca premeditadas,
recogiendo así, los regalos
que la vida nos presente
y si el amor nos encuentra
entreguémonos sin resistencia,
sin condiciones premeditadas,
con todo el deseo
que la existencia nos permita.

El amor solo vive cuando es libre,
viaja con las alas desplegadas
por el cielo abierto de las emociones,
crece y se nutre de tres aliados,
la comprensión, el respeto
y la intensidad.
Forzarlo a durar,
hace que languidezca,
no podemos meterlo en una jaula
porque, sin libertad se marchita.
                        
          De: Ángel Rebollar López (Toda reproducción, total o parcial del contenido,
                                                 ha de ser, previamente, autorizado por el autor)

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