Mar estrecho, en medio de las tierras
que unes distintos mundos,
pero de idénticas arenas,
trasiego de sabios, mercaderes y guerreros.
Mar de mestizas idas y venidas.
Confluencia de olas
impregnadas de arraigos
forjados por diversas culturas.
Mare Nostrum, mar de ellos,
bien conoces el gusto
dulzón salado de la sangre,
de marcado tono ferroso.
Dominarte fue origen
de disputas entre poderosos.
¿A cuántas personas engulliste?
Esas cuentas las tienes en el olvido.
Tampoco ahora los cuentas,
dicen que la suma es larga.
Hay quien asegura que las criaturas
son un tercio de los que se ahogaron.
¿Sabes cuántos?, te faltan olas
para contar las miles de caritas ilusionadas
angustiadas en salados ahogos.
Miles de vidas que huían del horror,
esperanzadas por un fatal error
en el cual, perdieron su sueño
en la sal de tu sustrato.
Culparte no puedo,
solo eres muchos trozos
de distintos dueños,
donde mercaderes de vidas
que, sin escrúpulos, hacen riqueza
de la necesidad ajena
de los parias de la Tierra.