lunes, 9 de enero de 2012

NUNCA ME ENAMORE DE TI



Nunca me enamore de ti
huido del latigazo de tu atracción,
eras como una muñeca en venta
en una casa de empeño,
pero hoy, fijaste tu mirada en mi
y un pellizco despertó el dormido instinto,
fue casual, de pronto, sin querer,
tanto, que no pude desechar la obligada atención,
como un chasquido, un clic sobresaltado,
así, tu mirada distraída, triste,
galopando en la difusa miopía,
mostrando la imprecisión del desenfoque,
sin  poder asegurar su destino,
penetro por mi pupila,
plagándome de ternura y te vi,
como nunca jamás te había notado,
con todo tu dolor desorientado.

Tu mirada y tus labios, que se me hicieron frescos,
envueltos en deseos y necesidades,
dándome el bocado de su carne,
eras solo eso, ojos claros, grandes, tristes 
y boca jugosa de dientes nacarados.
No cabía mas reclamo de tu ser,
ni las cuervas de tus caderas,
ni las redondeces rotundas de tus pechos,
ni las columnas jónicas que te sostuvieron y pasearon,
que en otros, tantas fantasías produjeron y generan.

Te note toda, plena, desesperada,
también claro esta, desamparada
y me doliste como nunca te sentí,
entonces comprendí la necesidad de tu destino.

Apagué el emisor de voz e imagen,
concluida la simbiosis de tu fijación en mi,
sí, mi ahora, querida Marilín,
nunca me enamoré de ti,
pero hoy por casualidad, de pronto, sin querer,
te acurrucaste en mi interior,
quizás para siempre, sin saber si me mirabas.

                     
                     De: Ángel Rebollar ( cualquier utilización, total o parcial, del contenido
                                                     ha de ser autorizado, previamente, por el autor)

                 

2 comentarios:

  1. A veces las lunas de ojos claros buscan sueños. A veces, desvalidas las lunas de ojos claros, sin buscarlos, los encuentran.

    ResponderEliminar