lunes, 26 de septiembre de 2011

PUEDO IMAGINAR QUE EXISTES



Puedo imaginar que existes,
no te conozco pero te intuyo,
en ocasiones llego a percibir tu olor,
mezcla de espliego y menta
y presentir tus dedos,
acariciándome los hombros,
hasta clavármelos en la nuca.

Sensibilidades aunadas por el éter,
también pasiones sin prisiones
que la curiosidad despiertan.
Antes, las personas como islas
unidas por el absoluto, tan sutil
generando la necesidad, todo deseo.

Déjame quererte esta noche,
acompasar tu respiración con la mía,
entregarte emociones con mis caricias
y pensar que soy absolutamente tuyo,
te entregaré todo mi amor,
envuelto en nuestros deseos,
galoparé junto a ti,
perdido en tus abrazos.

Solo hay un lugar,
donde nada marchita,
donde el fulminante instante
se convierte en eternidad,
donde todo perdura mas allá
de la rotación y translación terráquea,
donde el recuerdo no tiene reposo,
el lugar mismo donde se creó
el reflejo en tu pupila,
allí, donde lo tangible
olvida y pierde la materia,
en el onírico encuentro
de los deseos, que es
el jardín de nuestra imaginación.


                 De: Ángel Rebollar ( cualquier utilización, total o parcial, del contenido
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